Por: Miguel Ángel Guzmán, nuestro fundador y especialista.
Las palabras se las lleva el viento, reza el antiquísimo refrán. Su antigüedad es fuente de verdad.
Todo pacto que realices, déjalo por escrito. Esto no implica que tengas que redactar un contrato, firmarlo y legalizarlo (claro que si puedes, estupendo). Pero, con las nuevas tecnologías y la admisión de pruebas digitales (como el chat de whatsapp, los correos electrónicos, mensajes de texto, etcétera), puedes tener un “contrato” más fácil, reconocible y también exigible.
Si llegas a un acuerdo, entonces, obtén la conformidad haciendo un resumen de lo pactado; tan igual como cuando en un restaurante de comida rápida repiten tu orden para cerciorarse de tu pedido. Lo mismo, si llegas a un convenio, déjalo por escrito en un correo o en el chat y obtén la aceptación de la otra parte. Con eso, tendrás un contrato, pues, este exige el acuerdo de voluntad.
Recordar que hay otro tipo de contratos que exigen cierta formalidad. Por ejemplo, el contrato de donación para ciertos bienes debe constar en escritura pública para su validez. Sin embargo, un acuerdo de pago, no necesita de formalidad.
Todo, por escrito.






